Estas elecciones municipales,
sobretodo en Lima, significan un quiebre en el enfoque pragmático que hasta el
momento ha tenido el gobierno municipal.
Ahora esté en discusión que tipo
de ciudad elegimos: ¿continuamos con el mismo modelo o cambiamos de ruta? El
planteamiento del dilema no es abstracto, sino que en esencia es una cuestión
política: neoliberalismo o socialdemocracia.
Después de 20 años en Lima empieza
a emerger una corriente de opinión distinta al modelo de ciudad conservadora,
ello es una expresión del cansancio de la aplicación del pragmatismo y del gobierno
a puertas cerradas. La gente observa que las “bondades” de ese modelo no
resuelven sus problemas, que sólo lo maquillan, que a posteriori convulsiona y
se vuelve insostenible; que la pomposidad de las obras públicas no es igual a
felicidad ni mucho menos a desarrollo “sostenible”.
En este contexto votar por el
programa de Susana Villarán significa que los planteamientos socialdemócratas
abren una MAYOR POSIBILIDAD para
organizar a la población y agitar banderas de izquierda, asimismo significa
cerrarle el paso a la ultraderecha y al continuismo que representa Lourdes
Flores.
Un triunfo en Lima significaría
la inclinación de la balanza a favor de las fuerzas progresistas en las
próximas elecciones presidenciales del 2011.
«Pactad acuerdos para alcanzar los objetivos prácticos del movimiento,
pero no trafiquéis con los principios, no hagáis “concesiones teóricas”
(1)».
Los señores que participan en la
CONFLUENCIA ¿garantizarán que los “socialdemócratas” no terminen a la derecha
una vez instalados en el Municipio de Lima?
«Los oportunistas han desdeñado la teoría, siguiendo en la práctica la
política de los radicales socialistas; en aquel, algunos miembros (…) han
desertado al campo del oportunismo y pretenden alcanzar sus objetivos no con
una lucha franca en defensa de los principios y de la nueva táctica, sino
mediante una corrupción gradual, imperceptible y, valga la expresión, no
punible de su partido (…) (2)».
Por un lado ubicamos a los
oportunistas que pretenden hacernos creer que apoyar el programa
socialdemócrata es lo máximo, a esta corriente pertenecen los “marxistas legales” (3). Mientras que
otro lado ubicamos a los abstencionistas, los que llaman al voto viciado, a
esta corriente pertenecen los anarquistas
y los ultraizquierdistas. Ambas posiciones extremas en el fondo alejan y
desilusionan a las masas de la política.
Recojamos los elementos
“progresistas” del programa
socialdemócrata para alimentar un programa de cambio y así impulsar a la
población hacia la acción política, su educación y su organización.
Asimismo, saludamos la decisión
política del Partido Nacionalista en brindar el respaldo a la Candidata de
Fuerza Social y cuestionamos la arrogancia de la señora Villarán. Nos parece
sumamente peligroso el NO admitir colaboración política con el propósito de
garantizar el triunfo de las fuerzas progresistas en Lima.
Desde ya nuestro apoyo al
programa de Fuerza Social no implica firmar una hoja en blanco, sino colaborar
en la posibilidad de apertura de espacios democráticos para construir
organización popular en mejores condiciones.
No nos sorprenderá que los puritanos del socialismo y la derecha
cavernaria salgan al frente a satanizar la decisión de muchas organizaciones en
apoyar la candidatura de Fuerza Social.
Transcurrida la ola electoral la
lucha por la vida, por la democracia, por los recursos naturales, por los
derechos laborales no termina, sino que pasa
a una nueva etapa. Veremos en la práctica los resultados, de los
socialistas de hecho y de los que nadan entre dos aguas, en la capacidad de
respuesta de la población frente a un posible abandono de las banderas de
reforma prometidas por Fuerza Social en
un futuro gobierno municipal.
Que la historia juzgue las
decisiones que hoy se tomen frente a tan vital punto de la ola política que
vive el país.
"El Congreso de la República (...) ha delegado en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar, entre otras materias, respecto a la dación de normas procesales y penintenciarias relacionadas exclusivamente al personal militar y policial que ha sido procesado o condenado por delitos de implican violación de derechos humanos".
Así inicia el considerando de la ley con nombre propio: Ley Colina. Maquinada por el triunvirato APRA-FUJIMORISMO-U.N. a todas luces cocinada en la oficina de los abogados de los violadores de DD.HH. y sus secuaces el Ministro de Defensa y la bancada del triunvirato.
Uno de sus sustentos más ilógicos dice "El presente decreto legislativo tiene por objeto adelantar la vigencia de algunos artículos del Nuevo Código Procesal Penal"
Por primera vez en la historia del Perú aisitimos a la "celeridad" y a la preocupación por la implementación de leyes. Lo curioso es que la "celeridad" y la "razonabilidad" está vinculada a temas de violación de DD.HH. en las cuales están implicados no sólo los procesados, sino también los que hoy pasean con sus manos de sangre en Palacio de Gobierno, ¿si así hubiesen actuado en el terremoto en el sur?
La intencionalidad política del Decreto Legislativo 1097 es una maniobra de las fuerzas ultraderechistas para lanzar un mensaje amenazador a los opositores y dirigentes populares, buscan acentuar la política del terror y el aniquilamiento con el fin de preservar sus privilegios.
El uso de la violencia se convierte en la mejor arma de la "democracia" de los ricos, a través de la "legalidad" pretenden construir un escudo de impunidad.
El gobierno aprista pone el grito al cielo cuando hay que indemnizar a inocentes o salen los senderistas, pero saca las garras para defender el terrorismo de Estado, es la escopeta de dos cañones en materia de derechos humanos.
Sospechosamente los ultrarrevolucionarios de Sendero Luminoso mantienen un silencio sepulcral ¿será acaso que una mano lava a la otra y las dos se lavan la cara?
Ahora debemos mantenemos alertas y defender la vida frente a tales estrategias de la derecha más reaccionaria encarnada en el APRA. Se vuelve una necesidad urgentísima que estos señores sean sancionados con cadena perpetua y sean expulsados del Estado por la salud del país.
¡No a la impunidad!
¡Ni olvido ni reconciliación!
¡No al terrorismo de Estado ni al ultraizquierdismo!