A inicios del siglo XX el movimiento estudiantil universitario tejió una tradición de lucha al lado de la clase obrera y el pueblo, que conllevó a múltiples confrontaciones con los diferentes gobiernos de turno que imponían sus propuestas educativas a través de reformas y contrarreformas que siempre terminaron por fracasar y nunca resolvieron los problemas de la educación pública porque sus alternativas nunca tocaron la incoherencia de la base productiva con el rol que cumplen las instituciones educativas ni tampoco las demás causas de la crisis.
En la década de 1980 en medio de la profundización de la crisis económica, el inicio de la fascistización y militarización, la resistencia de la clase obrera a la explotación y el inicio del viraje de las masas a la izquierda se dio la lucha contra la promulgación de la ley universitaria 23733 donde faltó:
· Una dirección única y centralizada
· Aplicar una efectiva política de frente único
· Elaborar propuestas de reforma, serias y de consenso
· Claridad ideológica de la dirección
· Romper con el espontaneísmo y centralizar al movimiento estudiantil fuera de sus estrechos marcos reinvindicativos, ligándolo a la lucha de la clase obrera.
Estos errores en el movimiento estudiantil universitario donde las vanguardias se limitaron al final, bien a negar la ley por negarla o los que pedían la promulgación de la ley con la esperanza de “modificarla” en la asamblea estatutaria.
Los marxistas-leninistas les faltó jugar un rol importante, que no se limitara a desenmascarar la ley, a dar una propuesta genérica de reforma y estar en cada una de las luchas, sino que además debieron agotar los esfuerzos por asumir la dirección del movimiento estudiantil universitario, elevar una plataforma de lucha y proponer incluso una ley alternativa. Sin embargo estas limitaciones se explican en parte por ser un movimiento pequeño, débil y aun naciente. Los logros que se alcanzaron a pesar de todo:
· Se puso en tapete la formación del frente universitario, de trabajadores y estudiantes.
· Se elevó el debate interno a aspectos programáticos sobre la universidad, el gobierno y otros aspectos.
· La simpatía del pueblo.
· El impulso a una promoción de cuadros políticos cuya influencia duró los posteriores años.
Ya en el año 1987 una nueva arremetida contra el movimiento estudiantil bajo el gobierno aprista a través del allanamiento de la UNI-UNMSM-CANTUTA, en momentos que el movimiento estudiantil no se había repuesto. A pesar de eso el rechazo fue contundente y objetivo al aprismo por amedrentar al estudiantado, que fue aplastado al ser liberados todos los estudiantes detenidos acusados por terrorismo.
Las coordinaciones de las tres universidades se dieron también por la lucha interna para expulsar de la FEP al revisionismo de PC-Patria Roja enquistada en la dirección cerca de una década.
El impulso del proceso de fascistización desde el gobierno belaundista fue de la mano con el viraje a la izquierda del movimiento popular, el avance del sectores mesiánicos del revisionismo maoísta Sendero Luminoso. Sendero luminoso en el movimiento estudiantil implementó una táctica agresiva y liquidadora, donde no podía influir ideológicamente lo hacía por medios armados, produciéndose una lucha desigual contra las vanguardias y las masas en su oposición, su principal escenario era la pequeña burguesía (campesinado, intelectuales, pobladores desesperados y pauperizados).
Su concepción de crear bases de apoyo la secundó con las llamadas “zonas liberadas” y su concepción maoísta y fanática los conllevó en lo ideológico a profundizar el pensamiento Gonzalo y en lo político pasó de las acciones guerrilleras al aventurerismo revolucionario con métodos terroristas.
Comenzó a imponerse a fuerza de las armas en algunas universidades, destruyó federaciones convirtiéndolas en sus apéndices, la oposición era amedrentada y liquidada físicamente. En suma S.L. se convirtió en un grupo de carácter terrorista y contrarrevolucionario al oponerse a las organizaciones populares acusándolas de revisionistas y traidores por el solo hecho de no apoyarlos.
Desde 1985 se incrementó la lucha interna entre vanguardias y cuanto más se polarizaba esta contradicción se alejaban más las masas de la actividad política. Las pugnas ideológicas dejaban de serlo para pasar a un sesgo militar y se perdía de vista al enemigo principal: La derecha. Sendero uniformizó la contradicción entre revolucionarios (ellos y sus seguidores) y contrarrevolucionarios (el resto de la población).
En el otro lado de la moneda, los sectores oportunistas y reformistas de Patria Roja y PC- Unidad alimentaron el burocratismo en los gremios estudiantiles, impulsaron una política de colaboracionismo con las autoridades y el sectarismo se profundizó como estilo de trabajo político.
Con esta situación el movimiento estudiantil recibió el primer gobierno de Fujimori, que desde su periodo de rector era devoto de la “disciplina” y el “orden” y el academicismo. Fujimori tenía una alternativa global para actuar en las universidades públicas contra el terrorismo, los revolucionarios y los progresistas, y era poner a todos en un solo saco: “terrucos”. Para ello implementó los siguientes pasos:
· Campaña cívica antiterrorista que fue la militarización de los campus universitarios y la promulgación de decretos legislativos. El gobierno de Fujimori esperó que se agudice las contradicciones entre las vanguardias y S.L. y preparar la militarización que en la práctica era descabezar al movimiento estudiantil y que el ejército tome legalmente el control de las universidades bajo el pretexto de campañas de pacificación. Asi las pocas federaciones y centros federados que sendero no destruyó se organizaron para protestar, sin embargo era tan “oportuna” las condiciones que:
- Las masas si bien no lo alentaban, lo aceptaban.
- Las vanguardias tuvieron que replegarse.
- Sendero era el factor provocador y hacía el juego en la práctica al gobierno. También se replegó y exigía que se salga en defensa de sus activistas detenidos.
- La opinión pública aceptaba que los estudiantes no son terroristas, pero entendían que alguien debía poner orden.
La militarización impulsó además la revisión de todos los estudiantes con detenciones y la intervención administrativa.
· Organización de grupos pro-gobiernistas. La situación en el país conllevó a la indignación popular, el gobierno vio peligrar sus planes de continuar las reformas estructurales capitalistas, así que organizó el autogolpe a fin de centralizar todo el poder y tener el control absoluto. En todo ese proceso a nivel del movimiento universitario surgieron grupos afines al gobierno y en algunas universidades se organizaron en listas electorales de cogobierno. Estos grupos tenían como base el “apoliticismo” y academicismo, contaban con el apoyo sutil del gobierno y se estructuraron en casi todas las universidades por la supuesta mejora académica y contra la política tradicional. Así redujeron a su mínima expresión el movimiento estudiantil progresista y beligerante, reemplazándolo por un movimiento domesticado y faldero del gobierno.
· La intervención administrativa. Se crearon comisiones interventoras en la UNMSM y Cantuta aprovechando la desorganización estudiantil, la lucha interna de las autoridades universitarias y la existencia de estudiantes y docentes afines al gobierno. Estas comisiones depuraron docentes y estudiantes, aplicaron exigencias académicas y controlaron la estructura burocrática de la universidad.
Tras la caída de la dictadura mafiosa y la reconquista de la democracia burguesa, crearon nuevas condiciones para reactivar el movimiento estudiantil. Quienes alimentaron la caída de Fujimori fueron los estudiantes agrupados en otras formas organizativas como colectivos, redes, movimientos, etc. Ya no fueron las federaciones ni los centros federados los actores principales.
Un movimiento estudiantil amorfo y disperso con serias limitaciones de conducción política son las características post dictadura fujimorista. Así pues, los gobiernos de Toledo y García sólo se han limitado a administrar la crisis del sistema educativo y peor aún han creado nuevos mecanismos de privatización de la enseñanza pública y recorte de espacios democráticos al interior de las instituciones educativas.
Lo poco que existe del movimiento estudiantil ha experimentado luchas reivindicativas en materia de gobierno estudiantil, académica y de presupuesto, pero no tiene la capacidad aún de luchar por una plataforma política en materia educativa. Estas confrontaciones como en los casos de la UNI (gobierno de Toledo), Huancayo, Huancavelica, Ayacucho entre otras son las expresiones de la profunda crisis del modelo universitario, nos ponen de manifiesto el despertar de los estudiantes y sus deficiencias organizativas y políticas, la dispersión y la falta de una alternativa democrática son un común denominador.
Esta crisis del movimiento estudiantil universitario tiene múltiples manifestaciones, a la cual hay que añadir la descomposición de la FEP sin capacidad de convocatoria para centralizar las luchas estudiantiles.
Los grupos estudiantiles que existen en las universidades no encuentran mecanismos para reconstituir el movimiento, muchos han heredado los métodos sectarios y oportunistas de antaño por que existen quienes aún susurran al oído como deben manejar al movimiento estudiantil, estos mismos que contribuyen en parte a la derrota y la actual crisis.
A este panorama debemos agregar nuevos actores: los estudiantes de los institutos públicos, quienes han irrumpido fugazmente a través de luchas reinvindicativas con organizaciones y liderazgos débiles, proclives a la creación, desaparición y reactivación. Un movimiento en estado embrionario, con limitaciones políticas más profundas que los universitarios y sin ninguna comunicación con éste. Es decir, no existen lazos comunicantes entre los estudiantes de los institutos y universitarios debido a concepciones políticas y a la extracción social de donde ambos provienen.
La implementación agresiva de los centro pre en las universidades e institutos a permitido el ingreso directo de jóvenes provenientes de los sectores medios y altos, que redunda en la apatía e indiferencia de estos sectores a participar en el movimiento estudiantil. Son los sectores provenientes del pueblo quienes intentan articular y construir el movimiento estudiantil.
La desconexión entre universitarios y estudiantes de institutos tiene como base: la estructuración y vinculación de tipos de educación superior, una más valorada que la otra en la sociedad peruana, la extracción de clase porque mientras en las universidades un alto porcentaje provienen de sectores medios emergentes que se han beneficiado del modelo económico de los últimos 20 años, por el lado de los institutos los estudiantes provienen de sectores pauperizados, un alto porcentaje son hijos de obreros y pequeños comerciantes informales.
Los beneficios logrados por las luchas de generaciones anteriores han desaparecido progresivamente por que los estudiantes hoy tienen que afrontar la insostenible economía familiar en la cual tienen que aportar económicamente trabajando en centros explotadores porque los centros de estudio han sido despolitizados y están alejados del ruido de la calle, viven en burbuja de vidrio.
Podríamos resumir que la gran crisis del movimiento estudiantil cuenta con los siguientes factores:
- La descomposición de la política económica neoliberal que conduce a la crisis de la educación pública, la incongruencia entre lo ofertado y lo demandado.
- El carácter de clase de procedencia de los estudiantes
- La desideologización de los líderes estudiantiles, la carencia de conducción política y sostenibilidad de las organizaciones.
- La falta de un programa político y una alternativa educativa del movimiento estudiantil sistematizada.
- La falta de formación política de los estudiantes y la pérdida de la “memoria” colectiva de las conquistas de las generaciones anteriores.
- La persistencia en el uso de los métodos oportunistas, sectarios y aventureros en la conducción del movimiento estudiantil que se arrastra desde décadas.
- La escasa y casi nula vinculación con el movimiento popular, especialmente con el movimiento obrero. Limitándose a un carácter aislado y reinvindicativo sin entender que el tipo de educación depende de la forma económica y de las relación de las clases sociales.
¿Cuáles deberían ser las tareas generales para enfrentar ésta crisis?
- Realización de un diagnóstico de la educación y del movimiento estudiantil, que conlleve a la formulación de un programa político vinculado a un programa de la clase obrera
- La reconstrucción de los organismos de base, el desarrollo de escuelas políticas y la sensibilización acerca de las conquistas del movimiento estudiantil.
- Impulsar la unidad de los sectores de izquierda, nacionalistas y progresistas en un programa mínimo que supere el sectarismo y el oportunismo.
- Articular a los sectores estudiantiles de los colegios, institutos y universidades a través de programas concretos y formas organizativas que alimenten la participación.
- Vinculación más estrecha con el movimiento popular y el movimiento obrero, participando en sus luchas y ayudando a la organización.
- Luchar por la reconquista de la jornada de 8 horas, libertad sindical, estabilidad laboral e incremento de salarios que redundará en mayores beneficios y estimulará la participación de los estudiantes hijos del pueblo.
- La constitución de una coordinadora estudiantil que implemente:
a) El desarrollo de encuentro macroregional.
b) La discusión y elaboración programática.
c) La articulación de las luchas.
d) La formulación de medios de comunicación a nivel nacional y sectorial.
e) El impulso de la Asamblea Constituyente a través de un referéndum.
29 de Julio 2011
Publicado en el Encuentro Nacional de Estudiantes Por la Gran Transformación, realizado en Lima