La última huelga realizada por los trabajadores y las trabajadoras de Relima Ambiental S.A. en el contexto de un gobierno municipal y nacional de corte progresista nos proporciona lecciones políticas acerca del estado de las clases sociales e identidades ideológicas de las mismas.
La huelga como medio de lucha por mejoras de las condiciones laborales (incremento de salarios en este caso) muestra en la práctica el grado de organización y de identificación entre los trabajadores, este paro combinado con la movilización por el carácter masivo ha sido un golpe certero a la Empresa, que desde luego como todas ha intentado quebrar dicha medida de lucha previa a su ejecución.
La peculiaridad de este paro es que RELIMA está vinculada a la Municipalidad de Lima (MML) como tercero para el recojo de los residuos sólidos de la ciudad. Este caso es más interesante aún porque la máxima autoridad de la MML es la sra. Susana Villarán cuya procedencia política es de la “izquierda” como ella ya mencionó en varias oportunidades, inclusive varios de los actuales regidores provienen de las diversas canteras de la “izquierda”.
La falta de un pronunciamiento político de la Alcaldesa a dicho problema significa la limitación ideológica de la izquierda liberal, el carácter de clase: pequeño burgués del reformismo y de la socialdemocracia que hoy gobierna el Municipio, el poco tino político para realizar una simple llamada telefónica a Relima para demandarle que la ciudad no esté sucia durante el paro del sindicato hubiera sido una señal suficiente para alentar a los y las trabajadores (as) de Relima, pero la Alcaldesa prefirió reunirse con la Chilindrina en vez con aquellos que le otorgaron el voto en las urnas en las elecciones municipales. Salvo el regidor Hernán Núñez quien se pronunció en el diario La Primera en respaldo al sindicato.
El condimento de la incapacidad la pone el actual Vice-ministro de Trabajo proveniente el PC-Unidad que aún no toma al toro por las astas o será que está cuidando su puesto de trabajo. La actitud bombera de ciertos regidores izquierdistas pretendiendo la suspensión del paro y la poca solidaridad de la dirigencia de la CGTP muestra la orfandad política por la que pasa el movimiento sindical peruano, la izquierda formal anda de luna de miel con los empresarios.
Cuando días previos al paro hicimos pública nuestra solidaridad a la medida de lucha en un evento de la izquierda verde, nos respondieron que “ahora no es el momento de huelgas ni de paros porque sino le hacemos el juego a la derecha para tumbarse a Ollanta”, ¿qué dirían los trabajadores a tal barbaridad y poca fraternidad? Con ello nos quieren decir que los trabajadores no deben luchar por mejores condiciones de vida y trato digno, que deben sacrificar sus pulmones y sus familias para salvar a un individuo que su Bancada Parlamentaria no los defienden.
En este panorama es menester que los socialistas es “saber ayudar a la "masa", para adquirir su simpatía, su adhesión y su apoyo, no hay que temer las dificultades, las zancadillas, los insultos, los ataques, las persecuciones de los "jefes" y trabajar sin falta allí donde estén las masas” (1).
Hoy es imperioso que los socialistas en la práctica y en la teoría sumen esfuerzos para ayudar a organizar y forjar a los nuevos dirigentes del movimiento sindical para ayudarlos a salir de la crisis y combatir al oportunismo y la falta de solidaridad de clase que hacen gala algunos izquierdistas acomodados en el aparato estatal.
Lima, 10 agosto de 2011
(1) La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, Lenin
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