1919 – 15 de enero - 2012
! HONOR Y GLORIA ETERNA A LOS LUCHADORES DE LA JORNADA LABORAL DE LAS OCHO HORAS !
En la historia de la producción capitalista la reglamentación de la jornada de trabajo se nos revela como una lucha que se libra en torno a los límites de la jornada, lucha ventilada entre el capitalista universal, o sea la clase capitalista, de un lado, y de otro, el obrero universal, o sea la clase obrera. El establecimiento de una jornada de trabajo es por tanto, fruto de una larga y difícil guerra civil, más o menos encubierta, entre la clase capitalista y la clase trabajadora.
Carlos MARX, El Capital
El 15 de enero de 1919 el naciente proletariado peruano conquistó la jornada laboral de las ocho horas. El logro de este derecho laboral fue la culminación de una sostenida, prolongada e intensa lucha iniciada 14 años antes el 1 de mayo de 1905 cuando la Federación de Panaderos Estrella del Perú incorpora la jornada de las ocho horas como parte de su plataforma de lucha. La huelga del 13, 14 y 15 de enero que paralizó Lima y algunas provincias y que obligó al gobierno terrateniente-burgués de José Pardo a decretar la jornada de las ocho horas en todo el país fue la expresión mayor de diversas formas de lucha que precedieron esta gesta heroica. Fueron catorce años de lucha con un gran costo social (muertos, heridos, presos) como Andrés Vilela, Florencio Aliaga, Manuela Chaflajo e Irene Salvador
La conquista de la jornada de las ocho horas en el Perú tiene aspectos históricos, políticos como ideológicos que es necesario destacar: históricamente, consideramos que fueron cuatro los factores que posibilitaron este triunfo proletario; 1) La unidad sindical en torno a la Federación Obrera Local y el Comité Central de Huelga; 2) La combatividad de las masas que en forma multitudinaria se volcaban a las calles de Lima; 3) La vanguardia sindical, consecuente y culta; 4) La acción directa de las masas cuya máxima expresión fue el paro general del 13, 14 y 15 de enero de 1919. Políticamente, la conquista de la jornada de las ocho horas (testimonio además de la extraordinaria capacidad de lucha del proletariado) constituyó la primera victoria política de la clase obrera peruana contra la clase capitalista desde que surgió a fines del siglo XIX; ideológicamente, tal como lo precisa Carlos Marx en el Tomo I de El Capital concretamente el Cap. VIII, la lucha entre el capital y el trabajo por fijar los límites de la jornada de trabajo es una lucha multisecular que desnuda la esencia de la explotación capitalista: la búsqueda de plusvalía (ganancia) mediante la prolongación de la jornada de trabajo y la intensificación del trabajo asalariado.
LA JORNADA LABORAL DE LAS OCHO HORAS EN EL CONTEXTO DE LA SITUACION ACTUAL
Los trabajadores(as) conmemoramos el glorioso 93 aniversario de la conquista de la jornada de las ocho horas en circunstancias difíciles. El grado de explotación capitalista y la situación económica, social y laboral de millones de obreros(as) peruanos(as), convertidos hoy en verdaderos esclavos modernos, nos hace recordar el infierno que padecían nuestros hermanos de clase a comienzos del siglo XX. El nivel de desprotección laboral es tal el incumplimiento de la jornada máxima de trabajo de ocho horas diarias por parte de las empresas es casi una institución. La ultima ENHO (Encuesta Nacional de Hogares) realizada por el INEI precisa que más del 50% de los trabajadores peruanos(as) labora más de 48 horas semanales.
El gabinete Valdés marca el inicio de una nueva etapa en el desarrollo de la lucha de clases en nuestra patria; su elección, aparte de expresar la hegemonía en la administración del Estado de la corriente militarista (Valdes-Villafuerte) y el ala neoliberal del gobierno (Castilla) significa el peligro de la militarización de la sociedad y la profundización de la política económica neoliberal (en su variante no industrial sino extractivista primario exportadora) mediante el relanzamiento de la inversión privada transnacional y nativa; mientras en lo laboral, con el nombramiento del agente del MEF José Villena en el Ministerio de Trabajo, se podría dar inicio a una contraofensiva patronal. En conclusión: al gabinete Lerner de Concertación, en base a una alianza con sectores de la izquierda y PP lo reemplaza el gabinete pro-militarista y neoliberal de Valdés-Castilla en torno a una nueva alianza del gobierno (entiéndase Ollanta y su entorno) con la ultra derecha económica y política.
El viraje político del gobierno (que abre un nuevo escenario) plantea a los trabajadores y al pueblo, a las fuerzas democráticas y de izquierda como principal tarea fortalecer las organizaciones de masas en perspectiva a su centralización orgánica y programática que debe concretizarse en la forja de la ASAMBLEA NACIONAL DE LOS PUEBLOS como germen de poder popular, nueva y superior forma de organización y máxima instancia de dirección de las luchas sindicales-populares. El cumplimiento de las promesas de campaña, derrotar el peligro militarista exigir el cambio de la política económica neoliberal, una nueva Constitución, la lucha implacable contra la corrupción, el no indulto a Fujimori, etc., debe ser las principales banderas por las cuales debemos organizarnos, unirnos y movilizarnos.
EXIGIR LA REDUCCION DE LA JORNADA LABORAL
“La reducción de la jornada de trabajo es siempre precedida o seguida directamente de un cambio en cuanto a la productividad o intensidad del trabajo”. CARLOS MARX, El Capital.
La jornada ordinaria de trabajo es de ocho horas diarias y de cuarenta y ocho horas semanales. Puede reducirse por convenio colectivo o por ley.
Artículo 44 de la Constitución de 1979
Bien sabemos que en el sistema de producción capitalista la fuerza de trabajo del obrero es la única mercancía que crea nuevo valor en el proceso de producción y que va a parar al bolsillo del capitalista por su sola condición de propietario de los medios de producción (fabrica). Durante la jornada laboral (sea de 8, 10, 12 y hasta de 16 horas como hace 93 años) el trabajo del obrero (que supuestamente le debe permitir adquirir los bienes y servicios indispensables para reproducir su existencia y especie) se denomina trabajo socialmente necesario y siempre representa algunas horas de toda la jornada laboral. Más claro, el salario o el precio de la fuerza de trabajo equivale a determinadas horas de trabajo, el resto es trabajo excedente, gratuito, no retribuido por el capitalista; es la plusvalía, la llamada ganancia.
Con el desarrollo tecnológico del capitalismo, con la incorporación de nuevas técnicas en el proceso productivo y hasta los nuevos métodos organizacionales empresariales (lo cual se traduce en el aumento de la productividad del trabajo) el trabajo socialmente necesario del obrero tiende a disminuir y el trabajo excedente a aumentar, incluso sin que ello derive en la reducción de la jornada laboral; por el contrario el capital busca la forma de prolongarla. La productividad del trabajo en la actualidad es tal que amerita exigir ya no solo el respeto de la jornada laboral de las ocho horas sino la reducción de la jornada de trabajo; pero, obviamente, esto se decidirá en el terreno de la correlación de fuerzas.
Mas que mecanismo para contrarrestar el desempleo, medida anticrisis o instrumento para redistribuir la riqueza en los marcos del sistema capitalista la bandera de la reducción de la jornada laboral responde a las necesidades de la clase obrera de disponer de un mayor tiempo para su desarrollo integral y debe significar y asi debemos enmárcalo como un paso importante en la lucha por la eliminación de la explotación capitalista
TODOS A LA ROMERIA PROLETARIA
La CGTP LIMA ESTE desde el año 2005 con el objetivo de rescatar esta importante fecha del calendario sindical (sumida en el olvido por no pocas organizaciones sindicales) y valorar esta gesta heroica del proletariado peruano viene realizando diversas actividades alusivas a esta histórica fecha, entre las cuales destaca la ROMERIA AL MAUSOLEO sito en el cementerio de Vitarte donde reposan los restos de algunos de los luchadores de las ocho horas. Estimula que cada año esta romería adquiere una mayor convocatoria.
Por ello, 93 años después, inclinamos nuestra banderas de clase ante la memoria de Delfín y Manuel Lévano, Julio Portocarrero, Adalberto Fonkén, Nicolás Gutarra, Luis Felipe Grillo, etc. y renovamos nuestro compromiso de persistir en la lucha no solo por el irrestricto respeto de la jornada de las ocho horas sino la reducción de la jornada laboral hasta conquistar una sociedad, nueva, superior y diferente al infierno capitalista.
Ramos Lima, 01.01.12
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